El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha denunciado enérgicamente la revocación de su visa por parte de Estados Unidos, afirmando que esta medida constituye una clara violación al derecho internacional y a las normas de inmunidad diplomática que protegen a los jefes de Estado que asisten a la Asamblea General de la ONU.
Petro, quien regresó a Bogotá este sábado, señaló que este acto unilateral por parte de Washington rompe con los acuerdos fundamentales sobre el funcionamiento del organismo multilateral. Según el mandatario, la decisión del Departamento de Estado estadounidense responde a los llamados que hizo a soldados estadounidenses para desobedecer órdenes y supuestamente incitar a la violencia durante una protesta propalestina en Nueva York.
Cuestionamiento a la permanencia de la ONU en Nueva York
En sus declaraciones, Petro puso en duda que la sede de Naciones Unidas permanezca en Nueva York tras este tipo de episodios, argumentando que ningún gobierno puede condicionar el acceso o la opinión de los líderes internacionales en el marco de la Asamblea General.
Este incidente ha generado un intenso debate en el ámbito político y empresarial colombiano, donde se reclama prudencia en el manejo de las relaciones con Estados Unidos, el principal socio comercial y aliado estratégico de Colombia. Pese a afirmar que no necesita visa estadounidense por contar con ciudadanía italiana, Petro enfatizó su libertad de movimiento y opinión a nivel mundial.
Precedentes y consecuencias diplomáticas
Cabe señalar que un episodio similar tuvo lugar en los años 90, cuando el entonces presidente de Colombia, Ernesto Samper, también vio revocado su visado por parte de las autoridades estadounidenses.
Este nuevo incidente entre Petro y Estados Unidos podría tener importantes consecuencias diplomáticas para Colombia, cuyo gobierno deberá navegar con cautela en sus relaciones con su principal socio comercial y aliado estratégico.