El Gobierno prepara un nuevo programa de apoyo a la movilidad eléctrica que marcará un punto de inflexión en las ayudas a la compra de coches enchufables. Este Plan Auto+ tomará el relevo del Moves III y se enmarca dentro del amplio proyecto Plan Auto 2030, que pretende modernizar el parque móvil y reforzar la industria del automóvil en España durante la próxima década.
Aunque muchos detalles aún están por concretarse, ya se ha dibujado una estructura bastante clara: un sistema de incentivos centrado en vehículos electrificados, con gestión estatal, condiciones homogéneas en todo el país y plazos de cobro mucho más cortos. El objetivo es dejar atrás las esperas de más de un año que se han vivido con el Moves III y ofrecer un esquema más sencillo y previsible para particulares y empresas.
Plan Auto+: un plan continuista en fondos, pero con gestión muy distinta
La nueva línea de ayudas estará dotada inicialmente con 400 millones de euros, una cantidad similar a la del último refuerzo del Moves III, pero que en este caso procederá de un crédito extraordinario del Ministerio de Hacienda y no de fondos europeos. Este presupuesto se integra como una de las patas del Plan Auto 2030, donde el bloque de apoyo directo a la compra se concreta precisamente en el Plan Auto+.
La principal novedad no está tanto en el dinero como en la forma de gestionarlo. El programa pasará a ser de gestión centralizada y no autonómica, bajo la batuta del Ministerio de Industria y Turismo, en coordinación con las comunidades autónomas. Esto supone la creación de una plataforma única de tramitación y un marco de condiciones comunes para todos los solicitantes, vivan donde vivan.
Este cambio responde a uno de los problemas más señalados del Moves III: los largos retrasos en la resolución y el cobro de las ayudas, que en muchos casos se han ido por encima de los 18 meses. Con Auto+ se intenta replicar el modelo del Reinicia Auto+ aplicado en la Comunidad Valenciana tras la DANA, que ha sido referencia sectorial por su rapidez y simplicidad.
Calendario, retrasos previstos y retroactividad de las ayudas…
Uno de los puntos clave para quienes estén pensando en cambiar de coche es el calendario. Aunque el Ejecutivo ha vinculado el Plan Auto+ al inicio de 2026, las fuentes consultadas reconocen que el proceso administrativo está todavía en una fase temprana. Entre la redacción final de las bases, su aprobación y la publicación en el BOE, la luz verde definitiva podría retrasarse hasta bien entrado 2026, e incluso se maneja el escenario de que no esté plenamente operativo hasta el verano.
Para evitar un vacío de incentivos, el Ministerio de Industria ha trasladado su intención de que las ayudas tengan carácter retroactivo. La idea es que todas las compras de vehículos electrificados realizadas desde el 1 de enero de 2026 puedan acogerse al Plan Auto+ una vez publicado, siempre que cumplan las condiciones que se definan. Esto permitiría a los compradores no tener que “parar” el mercado a la espera de que salga la norma oficial.
La cartera que dirige Jordi Hereu quiere comunicar cuanto antes esta retroactividad y los aspectos más relevantes del programa, para que los potenciales compradores sepan si su operación tendrá derecho a ayuda aunque la convocatoria no esté aún formalmente abierta. El propio ministro ha reiterado que las ayudas “irán al bolsillo de los españoles” y que la prioridad es solventar el histórico problema de listas de espera del Moves III.
Cuantía de las ayudas: tope en torno a 4.500 euros y sin achatarramiento…
En el plano económico, el borrador inicial del Plan Auto+ establece una ayuda máxima ligeramente superior a los 4.500 euros por vehículo. Esta cuantía supone un cambio relevante respecto al Moves III, ya que desaparece el incentivo adicional por achatarrar un coche antiguo. Con ello se elimina la posibilidad de alcanzar ayudas de hasta 7.000 euros en determinados casos. El nuevo esquema apuesta por una subvención única, más sencilla y uniforme. El foco se desplaza hacia la eficiencia del gasto y la cobertura de más beneficiarios.
Dentro del propio Ejecutivo se debate incluso la posibilidad de reducir ligeramente ese tope máximo. El argumento es que los precios de los vehículos eléctricos han bajado y la oferta se ha ampliado en los tramos más asequibles. Un recorte moderado permitiría atender más expedientes con el mismo presupuesto. La decisión final se tomará a nivel político tras evaluar el impacto en ventas y electrificación. El equilibrio entre incentivo y sostenibilidad presupuestaria será determinante.
Quién adelanta el dinero: papel del cliente, concesionarios y marcas…
Uno de los debates clave del Plan Auto+ es quién adelanta el importe de la ayuda en el momento de la compra. El Moves III ha mostrado que este aspecto es crítico, ya que muchos concesionarios han tenido que anticipar el dinero durante largos periodos. Esta situación ha generado tensiones financieras en un sector con márgenes muy ajustados. Según datos sectoriales, más de una cuarta parte de los concesionarios opera en pérdidas. Por ello, el modelo anterior se considera difícilmente sostenible.
Las patronales han sido claras al marcar límites. Faconauto insiste en que los concesionarios no pueden actuar como financiadores encubiertos de las ayudas públicas. Algunas marcas sí han adelantado las subvenciones en campañas concretas, especialmente ligadas a financiación. No obstante, si el Plan Auto+ cumple con plazos de resolución de tres o cuatro semanas, esta necesidad se reducirá notablemente. La rapidez administrativa se convierte así en un elemento central del éxito del plan.
Encaje del Plan Auto+ dentro del Plan Auto 2030…
El Plan Auto+ no llega solo, sino como parte esencial del Plan Auto 2030, el gran proyecto de renovación del parque y transformación industrial exigido por la Ley de Movilidad Sostenible. Esa ley, aprobada por el Congreso en noviembre de 2025, obliga a la Administración General del Estado y a las comunidades autónomas a promover la sustitución de vehículos antiguos y contaminantes por otros de bajas o nulas emisiones.
Dentro de este marco, el Ejecutivo ha diseñado un paquete de actuaciones que suma 1.280 millones de euros hasta 2030. De esa cantidad, 400 millones se destinan al Plan Auto+ para renovar el parque con vehículos electrificados, 300 millones al denominado Moves Corredores para extender la red de puntos de recarga en las principales rutas y zonas con menor cobertura, y 580 millones al PERTE VEC, centrados en el impulso a la industria del vehículo eléctrico y conectado.
La ambición global del Plan Auto 2030 es considerable. El Gobierno calcula que, con la colaboración público-privada, estas medidas podrían movilizar entre 36.000 y 39.000 millones de inversión hasta el final de la década. Entre los objetivos que se han puesto sobre la mesa figuran aumentar el valor añadido bruto del sector desde los 85.000 millones de 2023 hasta unos 120.000 millones en 2035, alcanzar una producción de 2,7 millones de vehículos con un 95% de modelos cero emisiones y mantener en torno a 1,9 millones de empleos directos e indirectos en toda la cadena de valor.
Qué cambia respecto al Plan Moves III y a la situación actual de las ayudas
La puesta en marcha del Plan Auto+ llega tras un año en el que el Moves III ha agotado sus recursos en muchas regiones. Comunidades como Aragón, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid y País Vasco han consumido ya sus cupos, mientras que Andalucía y Navarra operan con listas de espera y solicitudes en reserva. Otras zonas con menos penetración del coche eléctrico, como Extremadura, Asturias, Castilla-La Mancha, La Rioja, Murcia y Ceuta, mantienen todavía ayudas activas.
Para salvar este tramo final y evitar un frenazo brusco del mercado, el Ejecutivo amplió el Moves III con una inyección adicional de 400 millones de euros, suficiente para atender las más de 40.000 solicitudes pendientes y permitir nuevas operaciones hasta el 31 de diciembre de 2025. A partir de ahí, el relevo natural ya no será un Moves IV, sino el Plan Auto+, que asume el papel de gran programa estatal de renovación del parque con vehículos electrificados.
Este relevo trae consigo cambios sustanciales: desaparece la cofinanciación con fondos europeos en esta parte del plan, se unifican las condiciones para todos los territorios y se establece un sistema de seguimiento en tiempo real de las solicitudes, con el compromiso de resolver en semanas y realizar pagos directos sin intermediarios. La idea es simplificar al máximo la experiencia del usuario, manteniendo al mismo tiempo un control riguroso del gasto.
La visión de la industria y de las asociaciones sectoriales…
ANFAC ha participado activamente en el diseño del Plan Auto 2030, defendiendo una transición alineada con la política industrial. Los fabricantes valoran positivamente la estabilidad del nuevo marco, pero reclaman realismo tecnológico y flexibilidad. Consideran clave combinar incentivos a la compra con una fiscalidad favorable. También subrayan la importancia de reforzar la producción local y la cadena de suministro. El objetivo es que España sea algo más que un mercado de consumo.
Desde Ganvam se insiste en que las ayudas deben facilitar la renovación del parque más antiguo. La asociación propone incluir vehículos electrificados de ocasión y recordar programas históricos como el Plan Prever. AEDIVE, por su parte, considera insuficiente la dotación inicial para un año completo. No obstante, valora el plan como una herramienta viva y ajustable. También reclama atención para motos, transporte pesado y recarga urbana.
Gestión centralizada: ventajas esperadas y desafíos pendientes…
La centralización de la gestión en el Estado es uno de los pilares del Plan Auto+. Sobre el papel, menos intermediarios debería equivaler a mayor agilidad, algo que el Ejecutivo quiere plasmar en plazos de resolución de semanas en lugar de meses. La referencia a la experiencia positiva de la Comunidad de Madrid, que logró agilizar notablemente su plataforma de tramitación de ayudas, muestra que ya existen bases sobre las que construir un sistema más eficiente.
No obstante, las propias asociaciones reconocen que queda un importante trabajo de coordinación entre la Administración central y las comunidades, que siguen teniendo competencias clave en transporte y energía. El reto pasa por diseñar procedimientos claros, sistemas informáticos robustos y canales de comunicación fluidos con los concesionarios, que seguirán siendo la puerta de entrada natural de la mayoría de solicitudes.
En este contexto, AEDIVE y el resto de organizaciones coinciden en que la colaboración público-privada será determinante para que los trámites no vuelvan a atascarse. Se trata de encontrar un equilibrio entre control y simplicidad, de forma que el ciudadano perciba el plan como algo accesible y no como un laberinto burocrático que desincentive la compra.
Impacto esperado en el mercado y en la transición hacia el coche eléctrico
Más allá de los detalles técnicos, el Plan Auto+ pretende lanzar un mensaje claro de compromiso con la electrificación. Gobierno e industria coinciden en que quedarse atrás supondría perder competitividad y empleo. La automoción es un pilar del PIB español y su transformación es estratégica. El plan busca acompañar esta transición sin dejar atrás al consumidor. La estabilidad de las ayudas es clave para generar confianza.
Si los plazos se cumplen y la gestión es ágil, el Plan Auto+ puede impulsar de forma notable las ventas. Queda por ver si la dotación inicial se amplía y cómo se ajustan las cuantías. También será relevante la incorporación de otros segmentos y tecnologías. En cualquier caso, el plan se perfila como el relevo definitivo del Moves III. Su éxito marcará el ritmo de la electrificación en España durante la próxima década.
