El lanzamiento del Mercedes-Benz VLE ya tiene día y lugar reservados en la agenda del sector. La firma alemana ha confirmado que su nuevo monovolumen eléctrico verá la luz de forma oficial el 10 de marzo de 2026 en Stuttgart, ciudad que la marca no duda en recordar como la cuna del automóvil y donde quiere escenificar el arranque de una nueva etapa para su gama de vehículos de pasajeros y vans.
Este modelo se perfila como una pieza clave en la estrategia eléctrica de Mercedes-Benz en Europa. No solo introduce una arquitectura técnica inédita, sino que también reordena la oferta de la marca en el segmento de grandes monovolúmenes, con un planteamiento que mezcla el confort típico de las berlinas de la casa con la amplitud y polivalencia de las furgonetas de pasajeros.
Un estreno mundial con vocación de marcar época…
La presentación oficial del nuevo Mercedes-Benz VLE se celebrará en un evento específico en la sede central de la compañía en Stuttgart, lejos de los grandes salones del automóvil tradicionales. Con esta decisión, la marca apuesta por concentrar todos los focos en su nuevo monovolumen eléctrico y prescindir de estrenos relevantes en citas como el Salón del Automóvil de Bruselas, donde, en caso de acudir, solo mostraría modelos ya conocidos.
Mercedes-Benz ha acompañado el anuncio con un teaser centrado en el frontal del VLE. En la imagen se aprecia un faro LED MultiBeam de diseño tecnológico que integra en su interior dos pequeñas estrellas de tres puntas, un guiño directo a la identidad de la marca y un indicio de que se trata de un vehículo de posicionamiento superior dentro de la gama de vans de pasajeros.
Además del diseño de los grupos ópticos, el avance deja entrever una parrilla frontal con tres placas microperforadas, heredada del último GLC eléctrico. Esta parrilla podrá iluminarse y actuará también como superficie de proyección de efectos y animaciones, un recurso que añade un punto de personalización visual y que refuerza la imagen de vehículo tecnológico sin caer en estridencias.
Monovolumen eléctrico que sustituye a Clase V, EQV y Vito…
El VLE se concibe como una nueva generación de monovolumen premium que dará relevo de forma progresiva a modelos tan conocidos como la Clase V, su variante totalmente eléctrica EQV y también a la Vito en sus versiones más orientadas al transporte de pasajeros. La idea de la marca es reagrupar la oferta en torno a esta nueva base técnica, con una gama coherente y claramente enfocada a la electrificación.
En la jerarquía interna, el VLE se situará un escalón por encima del actual GLC eléctrico en cuanto a tamaño y ambición dentro del mundo familiar, reforzando el papel de Mercedes-Benz en un segmento donde compiten tanto monovolúmenes tradicionales como derivados de furgoneta con un enfoque más práctico. La marca pretende diferenciarse con una interpretación más cercana al turismo que a la furgoneta clásica.
Mercedes describe el VLE como un puente entre una berlina de alto confort y un vehículo polivalente. El objetivo es combinar un tacto de conducción y una calidad de rodadura comparables a los sedanes y limusinas de la casa con el espacio, la modularidad y la capacidad de carga propia de un monovolumen grande, de manera que pueda responder tanto a un uso familiar intensivo como a servicios de transporte de alto nivel.
Nueva plataforma VAN.EA: la base de la ofensiva eléctrica…
Uno de los puntos más relevantes del proyecto es que el nuevo VLE será el primer modelo basado en la nueva Van Electric Architecture (VAN.EA), la plataforma modular y escalable que Mercedes-Benz ha desarrollado específicamente para sus futuras vans eléctricas. No se trata de una simple adaptación, sino de una arquitectura creada desde cero pensando en la electrificación y en diferentes longitudes y configuraciones.
Esta plataforma permite ajustar el tamaño y el tipo de carrocería en función del uso, desde versiones familiares hasta variantes destinadas a transporte ejecutivo o servicios de movilidad de mayor categoría. A la vez, integra soluciones de última generación en materia de gestión de baterías, eficiencia en ruta y sistemas de asistencia a la conducción, con el propósito de mantener un equilibrio razonable entre prestaciones, consumo y autonomía real en condiciones europeas.
La hoja de ruta de producto contempla que las primeras versiones en llegar serán completamente eléctricas, con el foco puesto en ofrecer autonomías competitivas y tiempos de recarga reducidos. Posteriormente, a partir de 2027, se sumarán versiones híbridas que aprovecharán la misma lógica de electrificación avanzada que están estrenando los turismos compactos y de gama media de la marca en el mercado europeo.
Autonomía, carga rápida y tecnología de a bordo…
Las pruebas técnicas preliminares del VLE apuntan a autonomías máximas en torno a los 550 kilómetros con una sola carga en las variantes eléctricas mejor optimizadas. Aunque la homologación definitiva dependerá del ciclo europeo correspondiente, el objetivo es situarse claramente por encima de la anterior EQV, que había quedado por detrás de algunos rivales menos lujosos en este apartado.
En materia de recarga, la marca adelanta que el paso del 10 % al 80 % de batería podría lograrse en unos 15 minutos utilizando cargadores de alta potencia, un dato relevante para un vehículo orientado tanto a familias como a servicios profesionales, para los que los tiempos de inmovilización resultan especialmente sensibles.
En el habitáculo, el VLE apostará por un equipamiento tecnológico de corte alto, en línea con los modelos de turismo más recientes de Mercedes-Benz. Entre los elementos destacados se esperan el salpicadero digital «MBUX Superscreen», un cuadro de mandos de gran formato con funciones avanzadas de conectividad, visualización de navegación y control de distintos ajustes del vehículo, así como una completa dotación de asistentes de seguridad y confort.
El confort de marcha se reforzará con suspensión neumática regulable en determinadas versiones, llantas de hasta 22 pulgadas y un trabajo específico en insonorización y filtrado de vibraciones, buscando acercar al máximo la experiencia al nivel de las berlinas de la marca incluso en viajes largos con el vehículo a plena carga.
Espacio interior y versatilidad de hasta ocho plazas…
Uno de los grandes argumentos del Mercedes-Benz VLE será su configuración interior de hasta ocho plazas, pensada para adaptarse a una amplia diversidad de clientes en el mercado europeo. La firma quiere que el modelo resulte válido tanto para familias numerosas y usuarios con un estilo de vida activo como para servicios de transporte de pasajeros más exclusivos.
Mercedes-Benz sostiene que el VLE «redefine el espacio» en su categoría gracias a soluciones innovadoras de habitabilidad y modularidad. Aunque todavía no se han detallado todas las combinaciones posibles, se espera una amplia variedad de configuraciones de asientos, sistemas de acceso mejorados y opciones de equipamiento centradas en el bienestar de los ocupantes, como iluminación ambiental avanzada o climatización específica por filas.
Este enfoque tiene como meta cubrir desde el uso diario familiar hasta el transporte ejecutivo, pasando por clientes que necesitan un vehículo de ocio capaz de acomodar tanto a varias personas como a su equipaje o material deportivo. En ese contexto, el VLE se coloca como una alternativa polivalente que trata de no renunciar al posicionamiento premium tradicional de la marca.
Vitoria, planta pionera en la producción del VLE…
El lanzamiento del VLE tiene una relevancia especial para España, ya que la planta de Mercedes-Benz en Vitoria será la primera de la red mundial en producir este modelo. El centro alavés, uno de los pilares industriales del sector automovilístico vasco y español, se está adaptando a fondo para asumir este papel protagonista en la nueva generación eléctrica de vans.
La compañía ha destinado una inversión aproximada de 1.000 millones de euros para adecuar las instalaciones de Vitoria a la plataforma VAN.EA y a las exigencias de producción del VLE. Según la dirección de la planta, más del 90 % de las obras de modernización ya se ha completado y se han iniciado las primeras pruebas de fabricación en forma de preseries, con un equipo que la compañía describe como especialmente motivado ante el reto.
La planta alavesa, que cuenta con cerca de 5.000 trabajadores y aporta alrededor del 5,2 % del PIB vasco, prevé cerrar el año actual con una producción de algo más de 118.000 unidades, una cifra algo por debajo del programa inicialmente previsto y condicionada precisamente por la implantación de la nueva arquitectura eléctrica.
Previsiones de producción y papel en la gama europea…
De cara al nuevo año 2026, Mercedes-Benz Vitoria maneja un objetivo de producción de unas 132.000 unidades en total, de las cuales 11.000 corresponderán ya al nuevo VLE, en una primera fase de introducción. Esta cifra ilustra el peso que tendrá el modelo en el futuro inmediato de la planta vasca y su relevancia dentro de la estrategia industrial de la marca en Europa.
El VLE se convertirá así en uno de los buques insignia de la factoría gasteiztarra, que asumirá un rol de referencia en la fabricación de vans eléctricas para todo el mercado europeo. A medida que avance la electrificación de la gama y se reduzca el protagonismo de las variantes diésel, el nuevo monovolumen eléctrico irá aumentando su presencia en la mezcla de producción.
La transición no está exenta de ajustes organizativos. La propia planta ha programado paradas técnicas en las instalaciones coincidiendo con el periodo navideño, desde el 20 de diciembre al 4 de enero, para completar trabajos de adaptación y reorganizar líneas de montaje. El llenado de las instalaciones se realizará durante la semana del 5 al 11 de enero y la producción general se reanudará el lunes 12 de enero de 2026, marcando el inicio de un año decisivo.
Fuente – Mercedes-Benz
Imágenes | Mercedes-Benz
