
La dupla formada por Carlos Sainz y Lucas Cruz afronta el próximo Rally Dakar con un proyecto renovado junto a Ford M-Sport y Red Bull, y con la mirada puesta en volver a luchar por el Touareg. Después de un debut complicado con el equipo en la pasada edición, el tándem español llega con mucha más experiencia acumulada, un coche profundamente revisado y una preparación que, como reconocen ambos, es de las más completas que han tenido en los últimos años.
El nuevo Ford Raptor T1+ Evo será su arma en Arabia Saudí, en una edición que se disputará de nuevo entre el Mar Rojo y el desierto saudí, con salida y llegada en Yanbu. La estructura de Ford M-Sport ha volcado recursos humanos y técnicos para dar un salto de calidad respecto al primer año, con un trabajo de evolución que se ha extendido durante toda la temporada 2025 y que pretende situar al equipo en la pelea directa por la victoria absoluta.
Un proyecto Ford M-Sport más maduro y ambicioso
La de 2026 será la segunda participación oficial de Ford M-Sport en el Dakar con un prototipo desarrollado desde cero para raids. El Raptor T1+ se diseñó específicamente para esta prueba a partir de 2024, y ahora se presenta en versión Evo, con una decoración más llamativa donde destacan Red Bull y Raptor como grandes protagonistas en la carrocería. El conjunto representa el punto más alto del esfuerzo de Ford en vehículos de competición todoterreno.
El equipo alineará cuatro Ford Raptor T1+ Evo, repitiendo las mismas formaciones que ya estuvieron presentes la pasada edición, según la guía de dorsales: Sainz-Cruz (nº 225), Matthias Ekström-Emil Bergkvist (nº 226), Nani Roma-Alex Haro (nº 227) y Mitch Guthrie Jr-Kellon Walch (nº 228). Todos ellos llegan con el aprendizaje de un año de trabajo intenso, kilómetros de carrera y numerosas jornadas de test, algo clave para optimizar un coche completamente nuevo en raids.
En el caso de los españoles, Carlos Sainz suma cuatro victorias absolutos en el Dakar (2010, 2018, 2020 y 2024) y un palmarés de 42 triunfos de etapa repartidos en más de una década larga de participación. A su lado, Lucas Cruz también cuenta con cuatro Touaregs en su haber, consolidando una dupla que combina experiencia, velocidad y una enorme capacidad de desarrollo técnico.
De un debut frustrante a un año de pruebas clave
El primer Dakar de Sainz y Cruz con Ford fue más breve de lo esperado. Un vuelco a baja velocidad en la etapa 3 terminó con sus opciones muy pronto y dejó al dúo español con la sensación de no haber podido exprimir el potencial del coche. Aun así, el equipo sí sacó conclusiones valiosas y utilizó esa experiencia para ajustar el programa posterior.
La respuesta llegó durante 2025 con una carga de kilómetros muy superior a la de otros años. El equipo disputó pruebas como Abu Dhabi, Sudáfrica, Baja Aragón, Portugal y Marruecos, sumando más de 10.000 km entre test y competición. En ese recorrido llegaron resultados parciales destacados: dos terceros puestos logrados por Nani Roma y Álex Haro en la Baja Aragón y en el Rally de Marruecos, además de nuevas victorias de etapa para el Raptor.
Sainz y Cruz participaron en rallies como Sudáfrica, Portugal y Marruecos, donde se centraron tanto en el rendimiento como en la fiabilidad. En Marruecos, considerado por los equipos como el gran ensayo general antes del Dakar, apareció un problema mecánico inesperado que obligó a Ford M-Sport a desmontar y revisar a fondo los motores. El contratiempo, lejos de desanimar a la formación, se interpretó como una advertencia a tiempo: si no se hubiera detectado en esa carrera, el fallo habría podido dejarles fuera del Dakar en los primeros días.
Ford Raptor T1+ Evo: más ligero, más robusto y con mejor visión


El resultado de toda esa temporada de trabajo es el Raptor T1+ Evo, que se estrenó en competición en Portugal y terminó de pulir sus cambios en Marruecos. La prioridad principal del nuevo paquete técnico ha sido la reducción de peso y la redistribución de masas, algo fundamental en un vehículo de raids que debe soportar durante días golpes, compresiones y saltos constantes sobre terreno muy roto.
Ford anuncia una rebaja total de 50 kilos respecto a la versión precedente, una cifra nada menor a este nivel. Esta dieta se ha logrado a través de múltiples ajustes: un parabrisas de material plástico tipo Lexan, menos frágil y más ligero; modificaciones en la carrocería con paneles optimizados; y el uso de materiales de última generación que permiten reducir gramos en cada pieza sin sacrificar resistencia.
Otro de los focos ha sido la mejora de la suspensión. El Raptor T1+ Evo monta ahora una nueva generación de amortiguadores Fox, desarrollados específicamente para Ford en este programa, más ligeros y capaces de soportar mejor el castigo continuo de las especiales largas. Esta evolución contribuye tanto al confort de los tripulantes como a la estabilidad del conjunto, algo que Sainz valora especialmente de cara a mantener el ritmo sin castigar en exceso la mecánica.
La visibilidad y la ergonomía dentro del habitáculo también han recibido un buen repaso. El Raptor ha eliminado los retrovisores tradicionales, sustituidos por cámaras que proyectan en pantallas interiores colocadas a la altura de la mirada del piloto. Esta solución mejora la aerodinámica, reduce puntos ciegos y minimiza el riesgo de daños en los espejos en pasos estrechos entre rocas o vegetación.
Las puertas, rediseñadas completamente, se abren ahora al estilo “alas de gaviota”. Este sistema, además de facilitar el acceso y la evacuación, contribuye a una vista lateral más limpia al eliminar ángulos muertos. Son más ligeras, con un cierre prácticamente hermético que limita de forma importante la entrada de polvo y arena al interior, algo que los pilotos valoran especialmente en etapas largas y ventosas.
En la parte trasera, el Raptor T1+ Evo estrena nuevo diseño de capó, luces y voladizo acortado, dando lugar a una zaga más compacta y robusta visualmente. Todo ello se acompaña de la nueva decoración, en la que el azul de Ford y los colores de Red Bull se combinan con el nombre Raptor para construir una imagen de coche oficial plenamente reconocible en el vivac.
Preparación intensa y confianza creciente
Durante la presentación en la sede de Red Bull en Madrid, Sainz y Cruz insistieron en la importancia de la preparación previa a un Dakar moderno, cada vez más cercano a una carrera al sprint de dos semanas que a una clásica prueba de resistencia dosificada. Para el piloto madrileño, la diferencia entre llegar con muchos kilómetros de test y hacerlo “frío” se nota claramente: el ritmo, los automatismos y la compenetración dentro del coche se afilan con cada día de trabajo.
Lucas Cruz lo resume con una comparación cotidiana: cada kilómetro es como practicar un idioma; por mucho que lo domines, si no lo usas, se oxida. Este año, con la cantidad de rallies y test completados, el copiloto se siente especialmente cómodo con las reacciones del Raptor y con los tiempos de respuesta del equipo ante cualquier imprevisto.
Ambos destacan que el Raptor “ya nació con una buena base”, pero que el año adicional de evolución ha permitido pulir muchos detalles pequeños que, en un escenario de reglamento muy igualado, marcan diferencias reales en carrera. El esfuerzo en reducir peso, mejorar la suspensión y trabajar la visibilidad se une a una puesta a punto más precisa del conjunto motor-transmisión, de la que Ford apenas ha trascendido detalles, pero que según Sainz se nota al volante.
Un Dakar 2026 más largo, técnico y exigente
La próxima edición del Dakar en Arabia Saudí se presenta como una de las más exigentes de los últimos años. El rally arrancará el 3 de enero con el prólogo en Yanbu, a orillas del Mar Rojo, donde también caerá el telón de la carrera el 17 de enero. Entre medias, 13 días de competición para completar un recorrido de unos 8.000 km, con un trazado que la organización ha definido como más técnico y con mayor peso de la navegación.
El itinerario incluirá dos etapas maratón, en las que los equipos no contarán con asistencia mecánica al final del día. La primera se disputará en la primera semana (etapas 4 y 5) y la segunda en la recta final del rally (etapas 9 y 10). En ambas, los pilotos y copilotos deberán revisar por sí mismos el estado del vehículo, montar su propia tienda de campaña y gestionar una ración de comida básica, todo ello sin la ayuda habitual de los mecánicos del equipo.
Uno de los elementos que más preocupan a Sainz y Cruz es que en algunas de estas jornadas no habrá motos abriendo pista, lo que complicará todavía más la navegación para los coches que salgan delante. A ello se suma la presencia de tramos cronometrados muy largos, con especiales de 400, 420 o incluso 470 km, que incrementan la probabilidad de incidentes y castigan más la mecánica y los neumáticos.
En este contexto, la fiabilidad técnica vuelve a ser el gran pilar. Sainz insiste en que un Dakar moderno no se gana solo con velocidad: el coche debe aguantar de principio a fin, la suspensión no puede claudicar en los tramos de piedras, y el ritmo tiene que ser suficientemente alto como para no ceder tiempo frente a una competencia que, en esta edición, se espera especialmente nutrida. Según el madrileño, habrá “una docena de coches con opciones reales” de pelear por la victoria.
Experiencia frente a la nueva generación

La lucha deportiva en el Dakar 2026 se dará entre veteranos consagrados y una camada de pilotos más jóvenes que ya empiezan a ganar en raids. Sainz, que durante años se ha medido con nombres como Nasser Al-Attiyah o Stéphane Peterhansel, ve lógico que llegue una nueva hornada con ganas de discutir el protagonismo de los clásicos.
Sin embargo, el tricampeón del mundo de rallies y cuatro veces ganador del Dakar recuerda que el cronómetro no distingue edades. La experiencia será uno de sus grandes aliados, pero no basta con eso: hay que ir rápido, minimizar errores de navegación, saber cuándo apretar y cuándo levantar el pie, y convivir con la incertidumbre de lo que hay detrás de cada duna. En sus propias palabras, desplazarse apenas unos metros a un lado u otro puede ser la diferencia entre pasar sin problemas o acabar dando vueltas de campana.
Lucas Cruz subraya que, además de la experiencia acumulada, la estrategia será clave en las jornadas previas a las etapas maratón. Posicionarse bien en la general, elegir con cuidado el ritmo y pensar a dos días vista, en lugar de centrarse solo en el tramo de ese día, puede marcar quién llega con opciones vivas a la segunda semana.
Objetivo: un quinto Touareg y un reto histórico
Para la afición española, el gran aliciente será ver si Sainz y Cruz pueden lograr su quinto Dakar juntos con una quinta marca diferente, después de haber ganado con Volkswagen, Peugeot, Mini y Audi. Un éxito con Ford completaría un círculo casi inédito en la historia de la prueba y consolidaría aún más el nombre del madrileño en el palmarés de la carrera.
El propio Sainz, sin embargo, procura rebajar el ruido externo y centrarse en las prioridades básicas: terminar la carrera, divertirse y mantener un nivel competitivo alto. Solo después, como acostumbra a decir, llegará el momento de mirarse al espejo y preguntarse si sigue teniendo la motivación, la velocidad y las ganas de seguir un año más en el desierto.
En paralelo, planea una incógnita sobre el futuro del proyecto Ford más allá de este Dakar. El piloto reconoce que no tiene claro cuáles serán los siguientes pasos de la marca en raids, y admite que, para continuar en el futuro, necesita tanto un contrato como un coche con el que correr. Aun así, considera que, por trayectoria y resultados, se ha ganado el derecho a elegir hasta cuándo quiere seguir compitiendo en la élite.
Un Raptor a la altura del desafío saudí
Pese a los contratiempos vividos en Marruecos y en el propio Dakar anterior, tanto Sainz como Cruz se muestran optimistas con el nivel del Raptor T1+ Evo. El coche ha alcanzado el peso mínimo que el equipo consideraba ideal, se ha bajado el centro de gravedad, se ha trabajado en la robustez general y se ha afinado la suspensión sin renunciar a la fiabilidad. Son cambios que, en un contexto de reglamento muy equilibrado, pueden marcar diferencias de segundos por kilómetro.
Para el tándem español, la clave será trasladar todo ese trabajo al ritmo real de especial, especialmente en las etapas más largas y en las maratón, donde la gestión del coche cobra aún mayor relevancia. Confían en que las debilidades detectadas en 2025 estén resueltas y en que la experiencia acumulada en pruebas europeas como Baja Aragón y en escenarios africanos como Marruecos les permita adaptarse rápido a cualquier tipo de terreno en Arabia Saudí.
Con el viaje a Yanbu cada vez más cerca, el ambiente en el seno del equipo Ford M-Sport es de prudente confianza. Nadie da por hecho nada en una carrera tan imprevisible como el Dakar, pero el grupo llega con la sensación de haber hecho los deberes: más test que nunca, un coche evolucionado en todos los frentes clave y una dupla de referencia que, a pesar de los años, sigue dispuesta a medirse con la nueva generación. El desierto y el cronómetro dictarán sentencia, pero, sobre el papel, Sainz, Cruz y el Ford Raptor T1+ Evo parecen estar preparados para pelear en la primera línea de la gran aventura saudí.
Imágenes | Ford

